Esta mañana, antes de la misa de apertura de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco ha podido admirar una importante reliquia: el antiguo trono de madera, símbolo del primado de San Pedro. El objeto fue extraído durante la restauración del monumento de Gian Lorenzo Bernini, situado en el ábside de la basílica de San Pedro.
Al entrar en la Basílica, la Cátedra de San Pedro (en latín, Cathedra Petri) es uno de los monumentos más impresionantes. De 14,74 metros de altura y realizada en bronce, fue terminada por Bernini en 1666, tras unos diez años de trabajo. Esta obra maestra pesa 74 toneladas y presenta estatuas de dos ángeles, junto con la insignia papal. La alternancia de colores, del bronce oscuro al dorado, que se iluminan hacia arriba, da una sensación de solemnidad y movimiento, mientras que en el centro se encuentra el trono, en el que está grabado el relieve de Jesús confiando su misión a Pedro: «Apacienta mis corderos» (Juan 21: 15-17).
El trono alberga una reliquia considerada la verdadera sede episcopal de Pedro, decorada con placas de marfil que representan los Trabajos de Hércules. Según algunas investigaciones, podría datar del siglo IX, regalo de Carlos el Calvo al Papa Juan VIII durante su coronación como emperador. Otras tradiciones, sin embargo, identifican este trono con la silla gestatoria de Pedro, trasladada al Vaticano por el papa Dámaso I (366-384) y colocada en el baptisterio de la basílica constantiniana.
El trono alberga una reliquia considerada la verdadera sede episcopal de Pedro, decorada con placas de marfil que representan los Trabajos de Hércules. Según algunas investigaciones, podría datar del siglo IX, regalo de Carlos el Calvo al Papa Juan VIII durante su coronación como emperador. Otras tradiciones, sin embargo, identifican este trono con la silla gestatoria de Pedro, trasladada al Vaticano por el papa Dámaso I (366-384) y colocada en el baptisterio de la basílica constantiniana.