
En el respaldo del trono figura un relieve de Cristo que confía a Pedro la guía de la Iglesia (“Pasce oves meas”, Jn 21, 15-17), mientras que a los lados pueden verse los bajorrelieves de la Entrega de las llaves (Mt 16, 18-19), a la derecha, y del Lavado de los pies (Jn 13, 5-11), a la izquierda.
Cuatro estatuas de los Doctores de la Iglesia griega y latina, de casi seis metros de altura, rodean el trono: delante, San Ambrosio (a la izquierda) y San Agustín (a la derecha); y en segundo plano, San Atanasio (a la izquierda) y San Juan Crisóstomo (a la derecha). En la base de mármol negro de Aquitania se ven dos escudos del Papa Alejandro VII (1665-1667), que encargó la obra a Bernini.
En la parte alta, la ventana central del ábside está cerrada por una vidriera con la paloma del Espíritu Santo que, colocada a unos 20 metros de altura en medio de una gloria de ángeles y querubines de estuco dorado, es inmediatamente visible para quien atraviesa la puerta de la basílica. Con ocasión de la solemne fiesta de la Cátedra de San Pedro, el 22 de febrero, el monumento se ilumina con más de cien velas.
Escrito por Pietro Zander
© Fábrica de San Pedro