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INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

Esta importante parte del trabajo será realizada gracias al valioso apoyo científico de la Dirección de los Museos Vaticanos, con un espíritu de colaboración activa con la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Por lo tanto, las investigaciones diagnósticas necesarias serán desarrolladas por el Gabinete de Investigación Científica aplicada a los Bienes Culturales de los Museos Vaticanos, bajo la curaduría del responsable, el Dott. Fabio Morresi.
El apasionante reto que rodea todas las operaciones que componen el proyecto de restauración de una de las obras más icónicas de la historia del arte, y, sobre todo, de nuestra fe, no puede dejar de incluir un protocolo de investigación científica cuidadoso y específico.
Esta obra es compleja, no sólo por sus dimensiones y características arquitectónicas, sino, sobre todo, por su peculiar naturaleza matérica: estamos ante una de las obras polimatéricas más articuladas y singulares. Mármol, bronce, maderas de diversas esencias, oro, hierro… se alternan y se compenetran casi como siguiendo el movimiento sinuoso de las columnas.
Naturalmente, cada uno de estos materiales deberá ser objeto de un atento estudio científico encaminado a la determinación exacta del estado de conservación. Al mismo tiempo, cada material requiere una elección precisa tanto del tipo de análisis a realizar como del protocolo específico de intervención conservadora.

El Gabinete de Investigación Científica de los Museos Vaticanos se integra en esta aventura precisamente con el fin de aportar una atenta visión científica del estado de conservación global de la obra y de todo el complejo proceso de restauración. La primera fase consistirá, indudablemente, en definir de manera exacta el estado de conservación de la obra. Se llevarán a cabo análisis sobre las sustancias que se han acumulado en la superficie a lo largo de siglos de mantenimiento, y sobre los posibles estados de degradación. De hecho, son muchas, complejas y documentadas las intervenciones de mantenimiento ejecutadas sobre la obra, desde una simple limpieza del polvo hasta dorarla de nuevo completamente. En esta primera fase se preferirán las mediciones espectrofotométricas efectuadas directamente sobre la superficie de la obra, sin extracción de muestras de los materiales.

El análisis mediante espectrofotometría infrarroja FT IR y Raman ayudará a conocer los materiales aplicados, sobre todo los de naturaleza orgánica, como ceras y compuestos oleosos. Una sucesiva campaña de medición con la técnica de la fluorescencia XRF proporcionará una primera información cualitativa y cuantitativa sobre las aleaciones metálicas. Tanto durante las primeras pruebas de limpieza como durante todas las operaciones de restauración, se realizarán análisis endoscópicos, estudios radiográficos, estudios tridimensionales de la superficie en alta resolución y mediciones colorimétricas. Paralelamente, se definirán una serie de investigaciones científicas adicionales, necesarias para un estudio sistemático de la técnica de ejecución de todo el conjunto. La exacta determinación de los componentes de las aleaciones metálicas, en particular del bronce de las columnas, se efectuará utilizando técnicas de análisis con ICP Masa. Esta técnica, extremamente sensible, nos proporcionará datos exactos sobre la composición global de la aleación, y además permitirá obtener información sobre los elementos químicos presentes en trazas. Un estudio estadístico de los mismos servirá como base para posteriores análisis comparativos. Asimismo, se realizará un estudio específico de las técnicas de doradura. Gracias a los análisis mediante microscopía electrónica Sem EDS y a las filmaciones en micro 3D se podrá establecer tanto la técnica utilizada para la doradura como el estado de conservación de la misma.

En todo este proceso, serán de gran utilidad el estudio de la enorme mole histórica y documental que posee la Reverenda Fábrica de San Pedro, y la comparación de este material documental con los resultados obtenidos mediante los diversos análisis. La relectura de los datos analíticos en función de los datos procedentes de las fuentes históricas añade una fuerte connotación científica al proceso cognoscitivo de los materiales presentes en el Baldaquino; y, al mismo tiempo, puede servir de guía para comprender los procesos de construcción y de alteración del mismo.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

Todas las superficies del monumento están cubiertas por una pátina oscura bajo la cual pueden verse, aunque parcialmente oscurecidas, las doraduras que embellecen los detalles.

Al estar colocado en un interior, el Baldaquino no manifiesta el grave fenómeno de corrosión de color verde que está siempre presente en los monumentos de bronce situados en el exterior. En la basílica, el monumento no está expuesto a los factores de degradación típicos de los ambientes urbanos contaminados, como lluvia ácida, percolación de agua por las superficies, deyecciones de aves, etc. Sin embargo, la presencia diaria de miles de peregrinos y visitantes conlleva la alteración del microclima en el que se conserva la obra.

Los fuertes flujos de humedad por transpiración durante el día y los grandes cambios durante las horas nocturnas de cierre de la basílica implican inevitablemente una alteración de las condiciones microclimáticas, e interactúan con el Baldaquino que, como ya se ha dicho, está constituido por distintos materiales de naturaleza muy diversa. Así, las partes de madera están sujetas a dilatación y compresión continuas a causa de los grandes cambios en la humedad relativa del aire; las partes metálicas están sometidas a una repetida humidificación de las superficies, con el consiguiente desencadenamiento de fenómenos de alteración y, sucesivamente, de corrosión del metal. Los elementos de hierro, a los que está destinado el papel fundamental de soportar y asemblar las partes decorativas de bronce y cobre, presentan fenómenos de alteración y de oxidación que hacen urgente la restauración del Baldaquino.

Además, todas las superficies presentan pátinas oscuras formadas por sustancias grasas utilizadas en el pasado durante las intervenciones de mantenimiento. A causa de estas sustancias protectivas, se han fijado en las superficies partículas de polvo atmosférico de diversa naturaleza; se ha creado así un estrato de material extraño a la obra que recubre uniformemente todas las superficies, sobre todo en la parte alta, que no ha estado sujeta a constantes operaciones de mantenimiento.

Al examinar de cerca, durante algunas inspecciones, la parte más baja de la columna cercana a la estatua de Santa Elena, se ha encontrado que en algunas doraduras, fruto de anteriores intervenciones de restauración, se han formado numerosas hinchazones muy pequeñas, a causa de fenómenos de alteración del bronce bajo la lámina metálica preciosa.
Cuando se instale el andamiaje y se pueda acceder a la parte más alta del Baldaquino, será posible llevar a cabo observaciones más atentas y precisas para evaluar los fenómenos de degradación de las partes de madera y, en especial, de las de hierro.
Aun así, la observación de la documentación fotográfica obtenida antes de la intervención permite anticipar los problemas de conservación de algunas partes, como la cubierta superior externa, afectada por una amplia desconexión del sistema de cerramiento de tablas de madera que reviste el marco perimetral a ménsula mixtilínea.
La falta de numerosos elementos -que se soltaron anteriormente- deja al descubierto la estructura portante (carpintería y uniones metálicas), que queda expuesta a la acumulación de partículas y residuos semicoherentes. Por lo que se refiere a la parte interior, el análisis de las imágenes fotográficas de detalle pone de manifiesto la presencia de desconexiones y desprendimientos en el sistema de entablado sobre el que están fijadas las decoraciones a appliques en bajorrelieves. Las superficies policromadas y las doraduras presentan caídas difusas de estratificación y probable desprendimiento de los adhesivos.
Los valiosos testimonios documentales conservados en el Archivo de la Fábrica de San Pedro permiten afirmar que en el curso de los siglos se ejecutó más de una intervención de restauración para sanar los inevitables fenómenos de degradación de los materiales constitutivos del Baldaquino. La restauración que está a punto de iniciar permitirá también, mediante el constante recurso a las fuentes archivísticas, estudiar y reconstruir la historia conservativa de la primera obra maestra de Gianlorenzo Bernini.